miércoles, 30 de noviembre de 2011

Médicos y pacientes: un dialogo con mucho ruido

La relación medico paciente está condicionada principalmente por la palabra, que es lo que hace que el hombre sea hombre.
Para los teólogos, el hombre es hombre porque tiene alma, para los evolucionistas el hombre es hombre porque tiene habla. El único animal que es capaz de comunicarse mediante la palabra es el hombre.
La palabra desde un concepto bíblico, tiene una acción sobrenatural: “En el principio existió la palabra y la palabra estaba con Dios y la palabra era Dios…Todo se hizo por ella. En ella estaba Dios”. O cuando Jesús dice: “Señor no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme”
La palabra es el eje fundamental de nuestra relación. De palabras están hechos nuestros compromisos afectivos, políticos, vitales. Pero la palabra que se intercambia en la entrevista medica aparece rodeada de aseidades y dudas ya que puede haber un malentendido entre el medico y el paciente, debido a que comparten el mismo lenguaje, pero no el mismo código que los comunique plenamente. Un ejemplo de esto es el tabú, de que el cáncer de colon es difícil de anunciar cuando la glucemia tiene un riesgo más alto de muerte.
Un factor crucial y agravante en el incremento de la incomunicación entre médicos y pacientes, es la poca atención que le prestan los médicos a los pacientes. Nuestra medicina es una medicina de urgencias ya que todo es apurado y se va directo a la pastilla o el antibiótico que quitaría la enfermedad, pero no se llega a un trato entre los mismos.

El valor de la palabra, como forma de influencia terapéutica y como factor de modificación fisiológica, aparece evaluado, investigado y verificado. Estos hechos se conocen desde la antigüedad, desde los shamanes y los magos de oriente, que practicaban y practican sus formulas mágicas.
El psicoanálisis es el estudio de la mente o del alma. Esta teoría psicológica fue creada por Sigmund Freud. Según Freud a través de la palabra el inconsciente puede ser reconocido. No hay inconsciente sin lenguaje y sin palabras. El inconsciente es el que porta un saber, que es un lenguaje que el sujeto ignora. El hacer consciente implica tomar notas del mensaje cifrado, en los sufrimientos, sueños, los dichos, los olvidos, los temores, etc.
Un ejemplo de esto es, que un joven tenga un trauma sexual porque cuando pequeño fue violado, pero él no lo recuerda puesto que está en su inconsciente por el temor o el dolor que le causa el hecho, un psicoanalista lo que haría es dormirlo o hipnotizarlo y por medio de la palabra violación hacer que esa palabra que está en el subconsciente pase al consciente, para que esta persona pueda superar el trauma.
El contacto del médico con el paciente no se restringe exclusivamente a la enfermedad ni a la salud, sino también en un conocimiento y crecimiento mutuo, algo que los va llevando a una transformación vital. No solo las palabras ejercen un efecto curativo, todo acercamiento a la enfermedad fracasará si no se tiene en cuenta la personalidad del paciente, y si o se establece un lazo de persuasión previa con él.
Estamos en una época en que la tecnología parece querer ocupar el centro del quehacer medico y en realidad es la palabra la que está siendo desplazada de ese lugar. 
En fin, los médicos de hoy son sin duda más poderosos que los de antaño pero también mas sordos. Están mucho menos inermes ante el sufrimiento pero a menudo, no pueden comprender el sentido profundo de las palabras mediante mediante las que se lamentan quienes lo padecen , ya que la cuestión no es la enfermedad que tiene una persona, sino quién es la persona que ha sucumbido a la enfermedad.

1 comentarios:

Santiago Ernesto Reyes Bonilla dijo...

Me gusto mucho esta clase y el contenido de la entrada. Es algo que debemos tomar muy en cuenta cada uno, el poder de la palabra no sólo es importante en médicos y pacientes, sino en cada persona. -Ciencia de Orión

Publicar un comentario