Normalmente, se tiene una idea errada de lo que es saber pensar. Se tiende a confundir con retener información sin aplicar debidamente los conocimientos adquiridos.
En la actualidad, la tendencia de memorizar ha tenido mucho auge. El origen de ésto se debe principalmente a la mala costumbre que tienen los estudiantes de repetir o hacer lo que se conoce como "botella", Pocos son alumnos que interpretan y organizan adecuadamente las ideas ya que como se puede ver, es más fácil no forzar su mente.
Saber pensar es ir más allá de lo que se ve o se cree a simple vista. Es analizar, profundizar y cuestionar los conceptos que rumban por nuestra mente. Un ejemplo de gran pensador que ha puesto en práctica los elementos anteriores es Aristóteles, cuyas ideas han ejercido una enorme influencia sobre la historia intelectual de occidente, por más de dos milenios.
Por otra parte, los conocimientos empíricos son aquellos adquiridos a través de la experiencia. Estos sirven de apoyo para afianzar lo aprendido. No sólo eso, sino que también nos proporciona nuevos conocimientos y nos otorga una nueva visión de las ideas. Esto no quiere decir que por el simple hecho de haber experimentado algo, seamos unos maestros en el área. Asimismo, una persona puede conocer más sobre un tema sin necesidad de haberlo vivido o sentido. Por lo tanto, se puede inferir que estos no son la base del conocimiento sino que sirven como refuerzo a nuestras ideas. Por tal motivo, es crucial saber pensar y no depender simplemente en experiencias.
Finalmente, es importante crear conciencia para dejar atrás la "botella" y saber organizar nuestros pensamientos desarrollando competencias que nos permitan, SABER PENSAR.
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